“Todos nacemos locos, algunos continúan así siempre”
Nació en Dublín, Irlanda el 13 de abril y falleció el 22 de diciembre de 1989, fue un poeta, crítico y dramaturgo, nació en una familia de buena posición. Durante su adolescencia se destacó como un gran deportista y jugador de ajedrez, donde estudió francés, italiano e inglés y obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. En 1929, Samuel Beckett escribió su primer relato breve “Conjetura” y al siguiente año ganó un premio por su poema “Whoroscope”. Durante la década de 1930 viajó por Europa, trabajando en diversos oficios para subsistir y estando en los más variados ambientes, que después le sirvieron para la creación de sus obras. En 1940, Samuel Beckett se alistó en la Resistencia Francesa tras la ocupación nazi y trabajó como mensajero, durante este periodo, estuvo a punto de ser apresado por la Gestapo en varias ocasiones. En 1945 Samuel se estableció en París, donde produjo entre 1951 y 1953 cuatro grandes obras, en las que centró su atención en la angustia que persigue constantemente al ser humano, con un lenguaje de humor corrosivo. En 1969 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura y en 1984 recibió la más alta distinción de la asociación de artistas de Irlanda, denominada “Aosdána”.
Nació en Dublín, Irlanda el 13 de abril y falleció el 22 de diciembre de 1989, fue un poeta, crítico y dramaturgo, nació en una familia de buena posición. Durante su adolescencia se destacó como un gran deportista y jugador de ajedrez, donde estudió francés, italiano e inglés y obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. En 1929, Samuel Beckett escribió su primer relato breve “Conjetura” y al siguiente año ganó un premio por su poema “Whoroscope”. Durante la década de 1930 viajó por Europa, trabajando en diversos oficios para subsistir y estando en los más variados ambientes, que después le sirvieron para la creación de sus obras. En 1940, Samuel Beckett se alistó en la Resistencia Francesa tras la ocupación nazi y trabajó como mensajero, durante este periodo, estuvo a punto de ser apresado por la Gestapo en varias ocasiones. En 1945 Samuel se estableció en París, donde produjo entre 1951 y 1953 cuatro grandes obras, en las que centró su atención en la angustia que persigue constantemente al ser humano, con un lenguaje de humor corrosivo. En 1969 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura y en 1984 recibió la más alta distinción de la asociación de artistas de Irlanda, denominada “Aosdána”.
Samuel Beckett.- ¡Ah, las viejas preguntas, las viejas respuestas, no hay nada como ellas!
Mary Silva.- Entonces dime, ¿cómo es tu vida, puedes describirla?
Samuel Beckett.- Sí en mi vida, si se puede llamar así, hay tres cosas: la incapacidad de hablar, la imposibilidad de estar en silencio, y la soledad, que es lo mejor que he hecho.
Mary Silva.- No creo que el silencio y la soledad deban ser las características de un lingüista.
Samuel Beckett.- Cada palabra es como una innecesaria mancha en el silencio y en la nada.
Mary Silva.- ¿Una mancha? Creí que las palabras eran valiosas para un lingüista.
Samuel Beckett.- Las palabras es todo lo que tenemos.
Mary Silva.- Entonces no lo entiendo, ¿Qué significado tiene el lenguaje o los lenguajes en tu vida?
Samuel Beckett.- Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.
Mary Silva.- Me resulta extraño que un escritor piense eso sobre las palabras, creí que todos los escritores las apreciaban.
Samuel Beckett.- ¿Qué es lo que sé sobre el destino del hombre? Podría decirte más cosas sobre rábanos.
Mary Silva.- Eres un escritor con hábitos diferentes a los de otros escritores.
Samuel Beckett.- Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos.
Mary Silva.- ¿En los lapsos en que no te dedicaste a la escritura, cómo te sentiste?
Samuel Beckett.- Hubo momentos en que no sólo me olvidé de mí, sino también de lo que soy.
Mary Silva.- ¿Y qué es lo que le apasiona a un escritor como tú?
Samuel Beckett.- Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos es aburrimiento.
Mary Silva.- ¿En algún momento, alguien que conoce tantas lenguas puede quedarse sin palabras?
Samuel Beckett.- Si alguna vez me callo es que ya no habrá nada que decir, aunque no se haya dicho todo, aunque no se haya dicho nada.
