28 de febrero de 2014
25 de febrero de 2014
Gregory Corso
Recordando a un Poeta
Gregory Corso (1930-2001) por Patti Smith

Allen Ginsberg, Kerouac y el poeta Gregory Corso en Greenwich Village, 1957.
Gregory Corso, la flor de la Generación Beat, se ha ido. Fue arrancado para adornar el jardín de Papi y todos en el cielo están magníficamente entretenidos.
La primera vez que me encontré con Gregory fue hace mucho tiempo, enfrente del Hotel Chelsea. Tenía el sobretodo colgando y los pantalones caídos, y vociferaba palabrotas latinas.
Viendo mi cara de asombro, se río y dijo: "No te estoy mostrando el culo a vos, dulzura, estoy mostrándoselo al mundo." Me acuerdo que pensé qué suerte tenía el mundo de poder contemplar a un verdadero poeta con el culo al aire.
Y él lo era. Todos los que recuerdan anécdotas, reales o embellecidas, acerca de las legendarias travesuras y las caóticas indiscreciones de Gregory, seguramente recordarán también su belleza, compasión y generosidad. Él se fijo amablemente en mí a principio de los 70, quizás porque el lugar donde yo vivía se parecía al suyo, terriblemente desordenado (pilas de papeles, libros, zapatos viejos, pis en tazas…)
Fuimos compañeros nocivos, cómplices en el crimen durante lecturas particularmente aburridas en St. Mark's. A pesar de tener criterios similares, Gregory un día me aconsejó que focalizara más en mis irreverentes escritos y les exigiera más a esos que se sentaban delante nuestro autodenominándose poetas.
No hay duda de que Gregory era un poeta. La poesía era su ideología, los poetas sus santos. Una vez fue llamado y lo supo. Quizás su único dilema era a veces preguntar "¿Por qué? ¿Por qué él?" Nació en New York el 26 de marzo de 1930. Su joven madre lo abandonó. De chico pasó de hogares adoptivos a reformatorios, y de allí, a prisión. Apenas tuvo educación, pero fue un autodidacta sin límites. Estudió a los griegos, a los románticos y fue acogido por los Beats, que pusieron hojas de laurel sobre sus cabellos negros revueltos. Bautizado por Kerouac como Raphael Urso, fue su motivo de orgullo, y a menudo su consciencia más provocativa.
Nos dejó dos legados: el corpus de una obra que trascenderá por su belleza, disciplina y energía; y sus cualidades humanas. Era mitad Pete Rose, mitad Percy Shelley. Podía ser explosivo, rebelde, peleador, desafiante, y de a ratos puro como un niño, humilde y compasivo. Estaba siempre disculpándose, deseando compartir sus conocimientos, abierto a aprender. Recuerdo haberlo visto sentado al lado de la cama mientras Ginsberg moría. "Allen está enseñándome a morir", dijo.
El verano pasado, sus amigos se reunieron para despedirlo. Nos sentamos en silencio junto a su cama. La noche estaba cargada de extrañas coincidencias. Una hija que no conocía. Un padrino llegado de lejos. Un joven poeta a sus pies. La pantalla sin sonido proyectaba Pull my Daisy, la película de Robert Frank. Fotos instantáneas de Allen pegadas en la pared. El cuarto más modesto apropiado por Gregory y toda su gloria andrajosa. Tantos sueños marcados con quemaduras de cigarrillos. Se estaba muriendo. Todos dijimos adiós.
Pero Gregory, quizás percibiendo la devoción que lo rodeaba, fue partícipe de un verdadero milagro católico. Se levantó. Se alejó lo suficiente para que pudiéramos oír su voz, su carcajada y unas pocas obscenidades. Escribimos poemas para él, le cantamos, miramos fútbol, lo escuchamos recitar a Blake. Estuvo aquí lo suficiente como para viajar a Minneapolis, reunirse con su hija, ser un rey entre los niños, ver otro otoño, otro invierno, otro siglo. Allen le enseñó a morir. Gregory nos recordó como vivir y acarició la vida antes de dejarnos un segundo tiempo.
Al final de sus días, todavía sufría del tormento de un joven poeta: el deseo de alcanzar la perfección. En la muerte, como en el arte, la alcanzó.
La fresca luz estaba cayendo. Los muchachos del camino lo guiaron. Pero antes de ascender y convertirse en una especie de estampita luminosa sagrada, Gregory se arregla el sobretodo, deja caer sus pantalones y como aquella vez que mostró el culo, grita: "¡Hey, man, besa mi margarita!"
Ah, Gregory, los años y los pétalos vuelan…
Nos amó. No nos amó. Nos amó…
Patti Smith
24 Enero 2001

Corso en 1986
20 de febrero de 2014
ENTREVISTA A SAMUEL BECKETT
“Todos nacemos locos, algunos continúan así siempre”
Nació en Dublín, Irlanda el 13 de abril y falleció el 22 de diciembre de 1989, fue un poeta, crítico y dramaturgo, nació en una familia de buena posición. Durante su adolescencia se destacó como un gran deportista y jugador de ajedrez, donde estudió francés, italiano e inglés y obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. En 1929, Samuel Beckett escribió su primer relato breve “Conjetura” y al siguiente año ganó un premio por su poema “Whoroscope”. Durante la década de 1930 viajó por Europa, trabajando en diversos oficios para subsistir y estando en los más variados ambientes, que después le sirvieron para la creación de sus obras. En 1940, Samuel Beckett se alistó en la Resistencia Francesa tras la ocupación nazi y trabajó como mensajero, durante este periodo, estuvo a punto de ser apresado por la Gestapo en varias ocasiones. En 1945 Samuel se estableció en París, donde produjo entre 1951 y 1953 cuatro grandes obras, en las que centró su atención en la angustia que persigue constantemente al ser humano, con un lenguaje de humor corrosivo. En 1969 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura y en 1984 recibió la más alta distinción de la asociación de artistas de Irlanda, denominada “Aosdána”.
Nació en Dublín, Irlanda el 13 de abril y falleció el 22 de diciembre de 1989, fue un poeta, crítico y dramaturgo, nació en una familia de buena posición. Durante su adolescencia se destacó como un gran deportista y jugador de ajedrez, donde estudió francés, italiano e inglés y obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. En 1929, Samuel Beckett escribió su primer relato breve “Conjetura” y al siguiente año ganó un premio por su poema “Whoroscope”. Durante la década de 1930 viajó por Europa, trabajando en diversos oficios para subsistir y estando en los más variados ambientes, que después le sirvieron para la creación de sus obras. En 1940, Samuel Beckett se alistó en la Resistencia Francesa tras la ocupación nazi y trabajó como mensajero, durante este periodo, estuvo a punto de ser apresado por la Gestapo en varias ocasiones. En 1945 Samuel se estableció en París, donde produjo entre 1951 y 1953 cuatro grandes obras, en las que centró su atención en la angustia que persigue constantemente al ser humano, con un lenguaje de humor corrosivo. En 1969 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura y en 1984 recibió la más alta distinción de la asociación de artistas de Irlanda, denominada “Aosdána”.
Samuel Beckett.- ¡Ah, las viejas preguntas, las viejas respuestas, no hay nada como ellas!
Mary Silva.- Entonces dime, ¿cómo es tu vida, puedes describirla?
Samuel Beckett.- Sí en mi vida, si se puede llamar así, hay tres cosas: la incapacidad de hablar, la imposibilidad de estar en silencio, y la soledad, que es lo mejor que he hecho.
Mary Silva.- No creo que el silencio y la soledad deban ser las características de un lingüista.
Samuel Beckett.- Cada palabra es como una innecesaria mancha en el silencio y en la nada.
Mary Silva.- ¿Una mancha? Creí que las palabras eran valiosas para un lingüista.
Samuel Beckett.- Las palabras es todo lo que tenemos.
Mary Silva.- Entonces no lo entiendo, ¿Qué significado tiene el lenguaje o los lenguajes en tu vida?
Samuel Beckett.- Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.
Mary Silva.- Me resulta extraño que un escritor piense eso sobre las palabras, creí que todos los escritores las apreciaban.
Samuel Beckett.- ¿Qué es lo que sé sobre el destino del hombre? Podría decirte más cosas sobre rábanos.
Mary Silva.- Eres un escritor con hábitos diferentes a los de otros escritores.
Samuel Beckett.- Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos.
Mary Silva.- ¿En los lapsos en que no te dedicaste a la escritura, cómo te sentiste?
Samuel Beckett.- Hubo momentos en que no sólo me olvidé de mí, sino también de lo que soy.
Mary Silva.- ¿Y qué es lo que le apasiona a un escritor como tú?
Samuel Beckett.- Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos es aburrimiento.
Mary Silva.- ¿En algún momento, alguien que conoce tantas lenguas puede quedarse sin palabras?
Samuel Beckett.- Si alguna vez me callo es que ya no habrá nada que decir, aunque no se haya dicho todo, aunque no se haya dicho nada.
Paraiso de Gladys Gonzalez
Aquí no hay glamour
ni bares franceses para escritores
sólo rotiserias con cabezas de cerdo
zapatos de segunda
cajas de clavos. martillos. alambres y sierras
guerras entre carnicerías vecinas y asados pobres
este no es el paraíso ni el anteparaíso
Gladys Gonzalez (1981) . Me parece que nuestra escritura se identifica por su relación con la calle y el desencanto social o personal
ni bares franceses para escritores
sólo rotiserias con cabezas de cerdo
zapatos de segunda
cajas de clavos. martillos. alambres y sierras
guerras entre carnicerías vecinas y asados pobres
este no es el paraíso ni el anteparaíso
Gladys Gonzalez (1981) . Me parece que nuestra escritura se identifica por su relación con la calle y el desencanto social o personal
18 de febrero de 2014
17 de febrero de 2014
Carolyn Cassidy
Muchos de los obituarios que estos días merece Carolyn Cassady están basados en un fracaso. La llaman “musa de la generación beat” cuando esta mujer inteligente, culta y trabajadora dedicó las últimas seis décadas de vida a renegar de la existencia del movimiento, que entendía como un “invento publicitario” de Allen Ginsberg, los medios de comunicación y los departamentos universitarios de Literatura, que de algo tienen que vivir. Cassady sabía de lo que hablaba: estuvo casada con Neal Cassady —el Rimbaud de los beat— y fue amante de Jack Kerouac —el Verlaine de esta historia—. Los consideraba seres “lamentables” y “malas personas”. Pese a ello, amó a ambos con devoción. Fallecida el 20 de septiembre, a los 90 años, por las complicaciones que la edad añadió a una operación de apendicitis, Cassady nunca se sintió cómoda en el papel de chica beat. Aunque aparece en varias obras de Kerouac (es la “dulcísima Camille” de la novela pivotal En el camino), los chicos de aquel club de licenciosos bebedores, machistas practicantes y amigos traidores le parecían, como no dejó de decir en entrevistas, “miserables”. Tampoco ocultaba que resultaban “brillantes”, “eléctricos” y “conquistadores” —una excepción, William S. Burroughs, al que consideraba “maligno y perverso, nunca te dirigía la palabra si eras mujer y a tus espaldas te llamaba puta”—. Nacida en abril de 1923 como Carolyn Robinson en una familia de valores victorianos, fortuna amplia (padre bioquímico y madre profesora de Inglés) y una biblioteca de 2.500 volúmenes, tenía muy poco que ver con Cassady y Kerouac, el par de pillos expertos en sablear a quien hiciera falta para mantener el hedonista go go go! (¡vamos, vamos, vamos!) que utilizó el primero como lema vital— para atravesar los EE UU en cualquier dirección y a cualquier precio durante los años cincuenta. Carolyn estudiaba Arte y Teatro en Denver cuando, en 1947, conoció a la pareja de trotamundos. Se lió con Cassady, al que encontraba irresistible y vital, quedó embarazada y se estableció en San Francisco. La pareja, que se casó en 1949, no fue estable por la avidez sexual de él, que Carolyn consentía. Durante una larga temporada, que narraría en los libros Heart Beat: My Life With Jack and Neal (1976) —que sirvió de inspiración a la película Generación perdida: los primeros beatniks (1980)— y Off the Road: My Years With Cassady, Kerouac and Ginsberg (1990), vivieron como trío, pero Carolyn, cansada de ser la madre que se quedaba en casa con los niños durante las andanzas de los pillastres, se divorció de Cassady en 1963. Cinco años después él murió en México tras una larga parranda de drogas y alcohol (“era lo mejor que le podría haber pasado, se sentía una piltrafa y no estaba feliz consigo mismo“, dijo ella).. Carolyn Cassady, que terminó trasladándose a Inglaterra, se dedicó al diseño de vestuario y decorados para teatro. Nunca renegó de sus años beat, pero tampoco se cansó de despotricar contra los fanáticos que santifican la época y la autodestrucción que ejercieron los protagonistas: “Todos creen que fueron años maravillosos de alegría, alegría y alegría, pero no lo fueron en absoluto. Los imitadores nunca supieron lo miserables que eran aquellos hombres“.
LOU REED
El compositor, vocalista y poeta está considerado uno de los referentes ineludibles de la música pop de nuestro tiempo, tanto en su etapa con «The Velvet Underground» como en solitario. Muere en Octubre de 2013 a los 71 años
16 de febrero de 2014
Poemas de Ishikawa
Selección de 4 especiales
mi pobre padre
se cansa de leer el diario
y sale al jardín
a jugar con las hormigas
2
echado en a arena
recuerdo apenas
el dolor de mi
primer amor
3
hoy día de nuevo
me puse a tomar
sabiendo perfectamente
que me haría mal
4
mi pobre corazón
da un salto en la calle
cuando ve a alguien como tú
+ Ishikawa Takuboku ( 1885-1912). Padre de la poesía japonesa moderna. Su poesía gira principalmente en torno a los "tankas" . Muere a los 27 años.
mi pobre padre
se cansa de leer el diario
y sale al jardín
a jugar con las hormigas
2
echado en a arena
recuerdo apenas
el dolor de mi
primer amor
3
hoy día de nuevo
me puse a tomar
sabiendo perfectamente
que me haría mal
4
mi pobre corazón
da un salto en la calle
cuando ve a alguien como tú
+ Ishikawa Takuboku ( 1885-1912). Padre de la poesía japonesa moderna. Su poesía gira principalmente en torno a los "tankas" . Muere a los 27 años.
15 de febrero de 2014
Miami . Mayo 1973
Aquí en USA
sin amigos
no sirven mis palabras
me han detenido en la aduana
me han registrado por colombiano
por traficante de drogas
he logrado salir
me dan un mes de plazo
para que arregle
min situación
en inmigración
me averguenza que los
cubanos me miren como
cómplice
y que se porten decentemente
como si yo también
fuera gusano
un rubio
me insultó con sus
ojos porque me vio
latino
perdí m maquina de
escribir
perdido
+ Andres Caicedo (1951- 1977).
12 de febrero de 2014
NOCHE EN NYC
Deben ser casi las cuatro,
leve llovizna
en la ciudad,
carros pasan
mientras unos pies,
los míos,
me llevan a eso
hace años ya,
al mismo lugar.
* Robert Creeley ( 1926 - 2005) . Soy un hombre que trabajo con aquello que le es cercano: el sentido del vínculo entre las personas. Creo, al menos para mi mismo, que el mundo se muestra más evidente y más intenso en esos vínculos, por lo tanto,son esos los materiales con los que trabajo.
11 de febrero de 2014
2323 STRATFORD AVENUE
Despierto y me levanto ,
me acerco a la ventana y miro,
afuera nieva y es temprano todavía.
Los autos cubiertos de nieve,
las cales vacías y una luz brillante
y metálica como si saliera proyectada
desde el suelo. Miro a mi alrededor
un departamento pequeño pero barato,
muebles de segunda mano, libros
en el suelo y sobre una mesa desordenada
un cafe hirviendo y una página en blanco.
Creo que me gustaría escribir un poema
solo para decir que esta nevando.
Trato entonces de pensar en Chile
y no se me ocurre nada
porque no hay nada en que pensar
afuera esta nevando
eso es todo , en Chile no nieva
es simplemente nieve cubriendo las calles
en silencio , como una página en blanco
que nadie ha escrito aún, es Cincinnati,
el invierno que recién comienza,
yo y este país.
*Marcelo Rioseco _En 2003, se fue a estudiar un doctorado en la Universidad de Cincinnati, Ohio. "Era un lugar extraño. No solamente me enfrenté a la soledad, sino también al vacío americano. El primer invierno me pasé mirando la nieve por la ventana, porque además no tenía mucha plata", recuerda. Así nació un libro de poemas, todavía inédito, de alguien que "vive en inglés, pero escribe en español
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